Miembros de la comunidad universitaria debaten sobre un conflicto "injustificable"

El problema ahora es que, según las palabras de Igor Bogdanovich, profesor y técnico en OpenLabs, "cuando se dispara la primera bala, ya es demasiado tarde". Bogdanovich evocó las guerras de los años noventa en los territorios de la antigua Yugoslavia, de donde él procede, para advertir que, a menudo, las negociaciones de paz "dejan una parte descontenta" y perpetúan "una espiral continua". En cualquier caso, todos los ponentes coincidieron en considerar el conflicto actual como un hecho "injustificable", tal y como lo calificó Liudmila Navtanovich, profesora de la Facultad de Traducción e Interpretación.

Navtanovich, originaria de Rusia, afirmó que "no se esperaba" una guerra con Ucrania en la sociedad rusa, destacando los vínculos entre ambos países, especialmente en lo que se refiere al "factor de entendimiento" que suponen dos lenguas muy cercanas como son el ruso y el ucraniano. Por el contrario, el resto de ponentes consideró que la guerra era previsible. Como recordó Max Sokhatski, alumni ucraniano de la Facultad de Psicología, "hace ocho años que hay una guerra" en el país, desde el movimiento Euromaidán y el inicio de los enfrentamientos en la región del Donbass. Según Sokhatsky, "los lazos entre rusos y ucranianos han quedado cortados" a causa de la invasión y las secuelas del conflicto se harán notar "durante generaciones".

Sobre la responsabilidad de la conflagración, tanto Bogdanovich como Costina Banica, estudiante de máster de la Facultad de Filosofía y Letras de origen rumano, enfatizaron la necesidad de otorgarla a "personas concretas" y no a colectivos enteros, pero Sokhatski se mostró en cambio "partidario de hablar de responsabilidad colectiva" dado que se considera que existe un alto nivel de apoyo a Vladimir Putin en la sociedad rusa. Navtanovich puntualizó que "mucha gente está en contra pero tienen miedo" de expresarse ya que, si protestan en la calle o en las redes sociales, "ya saben lo que les espera". Banica relacionó el papel represivo del estado ruso con los precedentes históricos, afirmando que, aquí en Europa occidental, "no se entiende lo que representó la Unión Soviética en el este". Enfatizó el peso de los acontecimientos históricos todavía "muy recientes" que se remontan hasta la Segunda Guerra Mundial y consideró que, aunque Rumania ha mantenido conflictos territoriales con Ucrania a lo largo de los tiempos, ahora "nos hemos acercado" porque, " si hay personas refugiadas, debemos ayudarlas".

El debate fue moderado por Oscar Jané, profesor del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, y fue cerrado por el rector de la UAB. Lafuente subrayó que la universidad "será siempre un espacio comprometido con la construcción de la paz" y mostró su inquietud por la posible evolución de los acontecimientos, particularmente en lo que se refiere al peligro de una guerra nuclear que, como afirmó Navtanovich, no se puede descartar. El rector terminó el acto detallando las acciones que la UAB ha puesto en marcha para apoyar a las personas afectadas por el conflicto, explicando que, entre otras iniciativas, el campus se está preparando para acoger a miembros de la comunidad universitaria que necesiten continuar aquí su actividad académica, ya sea como estudiantes o personal docente e investigador. En este sentido, según explicó, la UAB está preparando "un presupuesto adicional para becas de estudio" de cara al curso 2022-2023.