La UAB inaugura el curso con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2030

Ingeniero con décadas de experiencia en la industria petroquímica, Anderson ha explicado la problemática del cambio climático desde un enfoque, ha advertido, "muy poco confortable". Si bien la preocupación es el incremento de la temperatura, lo que realmente interesa son “los impactos y las consecuencias de este incremento, especialmente la velocidad de estos cambios y si los seres humanos nos podremos adaptar”. El ponente ha recordado que los primeros acuerdos se definieron en la convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 1992 (UNFCCC), pero fue en la cumbre de París donde se definió qué significa un calentamiento peligroso: por encima de los 2 grados respecto a los niveles preindustriales, “una decisión política, puesto que la peligrosidad depende del contexto”.

El último informe del IPCC 2021 es una "guía de las políticas que deben llevarse a cabo para mantener un calentamiento por debajo de los 2 grados, qué cantidad de combustibles fósiles podemos quemar", ha explicado Anderson. Pero desde entonces el conocimiento científico, especialmente en cuanto a los aerosoles, ha mejorado mucho “y las cantidades de CO2 que se ha visto que pueden emitirse son mucho más pequeñas: para mantenernos en un calentamiento inferior a 1,5 grados se deben reducir las emisiones de CO2 un 19% cada año, mientras que para mantenernos bajo los 2 grados se deben reducir un 7% anual”. Para cumplir con los acuerdos de París y estar por debajo de los 1,5 grados deberíamos reducir las emisiones hasta cero en 2032, “pero en realidad las emisiones están aumentando: cada mes se emite un 2% de todo el CO2 que deberíamos emitir en los próximos 7 años”.

El catedrático de Manchester ha recordado que llegar al incremento de 2 grados implica “la muerte de muchas personas, la destrucción de muchos ecosistemas y especies, de muchas comunidades, gente pobre, típicamente de color, con poca influencia política y con muy poca aportación a las emisiones de CO2”. Si realmente queremos llegar a estar por debajo de un incremento de temperatura de 2 grados en 2050 "deberíamos reducir las emisiones desde esta misma tarde", ha sentenciado Anderson, apuntando como ejemplo que "tenemos la luz del sol, una universidad moderna y esta sala tiene las luces encendidas porque no tiene ventanas. No son necesarias tecnologías punteras, existen ventanas desde hace muchos años.”

Para Kevin Anderson, las cifras hacia las 'cero emisiones' salen de unas tecnologías futuras que no existen, para absorber toneladas y toneladas de CO2: tecnologías de emisiones negativas, “unas palabras que asumimos y la comunidad académica ha escogido callar”.

Como posibles medidas, Anderson apunta hacia una innovación tecnológica accesible para todos, “una especie de plan Marshall pero multiplicado por 1000”. “Debemos hacer que la eficiencia energética no sea un lujo, que sea habitual. Remodelar las casas más antiguas para hacerlas más eficientes energéticamente, dejar de construir edificios poco eficientes”. Y en cuanto al transporte, mejorar el transporte público e incrementar los cargadores eléctricos en zonas rurales, “no es necesario instalar cargadores eléctricos en las ciudades: en las ciudades no hace falta vehículo eléctrico porque no es necesario vehículo privado”, defiende Kevin Anderson. Y hay que tener muy en cuenta las desigualdades, ya que "el estilo de vida del 1% que gana más es responsable de gran parte de las emisiones".

Anderson ha animado a lograr los cambios necesarios para reducir las emisiones recordando que “las personas como individuos de la sociedad también tenemos poder. En todos los niveles podemos ser factores de cambio”. "Desde el punto de vista intelectual debemos ser pesimistas, ya que el pesimismo del intelecto nos llevará a la acción, pero el optimismo nos debe guiar en la forma en que debemos trabajar", ha concluido el profesor de la Universidad de Manchester.

 

Una universidad pionera

En su intervención, el rector Lafuente ha agradecido al profesor Anderson una lección magistral "que nos interpela como sociedad" recordando el "compromiso inequívoco" de la UAB con la lucha contra el cambio climático, una universidad "pionera en el aplicación de políticas medioambientales y al asumir una gestión responsable del espacio y de los recursos". Los nuevos Estatutos de la institución "asumen la lucha contra la emergencia climática" y el curso pasado, según ha recordado, se aprobó "un ambicioso programa de política climática para eliminar el uso de combustibles fósiles, disminuir la huella de carbono y empezar las emisiones de gases de efecto invernadero".

Más allá de la política medioambiental, Lafuente se ha referido a la acción de gobierno de la universidad para afirmar que "debe ir en dos direcciones: por un lado, fortalecer las estructuras de personal y asegurar el relevo generacional y, por otro, fomentar políticas que aseguren la igualdad y la convivencia de todos los miembros de la comunidad universitaria". El rector ha resaltado algunas iniciativas destacadas de la UAB como el despliegue gradual del aprendizaje basado en retos, el fomento de la empleabilidad del alumnado o la apuesta por la investigación abierta y la ciencia ciudadana, siempre con el objetivo que la Universidad sea "un motor de transformación y de progreso social". Una aspiración que ya estaba reflejada en el documento fundacional conocido como Manifiesto de Bellaterra, del que se conmemorará, el próximo mes de febrero, el quincuagésimo aniversario.

En este sentido, ha reivindicado que, "si queremos que las universidades desplieguen todo su potencial, se necesitan políticas públicas y medidas concretas que lo favorezcan". Lafuente ha celebrado que el gobierno de la Generalitat haya manifestado los objetivos de lograr "una inversión equivalente al 1% del PIB para 2030", "incrementar hasta los 1.400 millones de euros la financiación del sistema público de universidades" y doblar la dotación actual del plan de inversiones. Por otra parte, el rector ha tenido también unas palabras de solidaridad con la población palestina que sufre actualmente una escalada bélica, recordando que la institución ha aumentado "las becas extraordinarias UAB Refugio hasta los 130.000 euros" y ha aprobado "una convocatoria extraordinaria de otros 148.500 euros para estudiantes de Palestina que todavía están residiendo en la franja de Gaza, Cisjordania o países vecinos".

Entre las 200 mejores del mundo

Núria Montserrat, consejera de Investigación y Universidades de la Generalitat, ha felicitado a la UAB por situarse entre las 200 mejores universidades del mundo según el último ranking de Times Higher Education y ha alabado el compromiso de la Universidad con el bienestar y el progreso de la sociedad, haciendo un llamamiento a la institución a contribuir al objetivo de govern de consolidar Cataluña como una de las regiones más innovadoras de Europa.

Por su parte, Carlos Cordón, alcalde de Cerdanyola del Vallès, ha afirmado que las instituciones deben hacer "una apuesta clara" por la ciencia y las universidades asegurando "la suficiencia de la financiación y atendiendo a las particularidades de cada campus". Y Ramon Alberich, vicepresidente del Consejo Social de la UAB, ha destacado los "objetivos compartidos" entre la Universidad y el tejido social de su entorno y el "potencial impresionante de la Universidad" para catalizar esas sinergias.

En el acto, la secretaria general de la Universidad, Esther Zapater, ha presentado la memoria institucional del curso 2023-2024, que ha sido proyectada en formato de videomemoria. La ceremonia ha sido amenizada, además, por la actuación del Coro de la UAB, que ha interpretado The Times They Are A-changin' de Bob Dylan, dos temas de Poire Vallvé que adaptan sendos poemas de Vicent Andrés Estellés y Àngel Guimerà, y el tradicional canto universitario Gaudeamus igitur.