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Universitat Autònoma de Barcelona

La inmigración se señala como única alternativa a la despoblación

21 jun 2023
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Un estudio sobre despoblación que acaba de publicar el Centro de Estudios Demográficos (CED), en la UAB, vislumbra la inmigración como alternativa actual a la despoblación en España, debido al progresivo envejecimiento de la población rural y a la baja natalidad. Es una de las conclusiones de la investigación que han llevado a cabo los investigadores sobre los factores que impulsaron la despoblación entre 1960 y 1981, con el objetivo de comprender las dinámicas actuales de despoblación en España. El estudio indaga sobre aspectos poco conocidos hasta el momento de esa fase determinante del éxodo rural español, que dan pie a conclusiones sobre el futuro.

PobleDespoblacio

La línea de defensa contra la despoblación ya no se halla en los pueblos pequeños, sino que se ha trasladado a las ciudades intermedias y cabeceras de comarca de muchas provincias del interior peninsular.

El estudio Despoblación 1.0: la geografía y los factores del declive demográfico rural en la España del Desarrollismo”, que acaba de publicar el Centro de Estudios Demográficos de la UAB en la revista divulgativa Perspectivas Demográficas, indaga sobre los factores que impulsaron el declive demográfico del mundo rural entre 1960 y 1981, cuando se concentró el 65 por ciento de la despoblación de las zonas rurales. Profundiza en las causas que propiciaron el vaciamiento demográfico en esa época para comprender las dinámicas actuales de los procesos de despoblación, y vislumbra la inmigración como única alternativa actual a la despoblación.

Los mecanismos que favorecieron la despoblación en la España del desarrollismo (pobreza, capital humano, aislamiento geográfico y dependencia de la agricultura) han decaído en la actualidad, y se ha producido un envejecimiento de la población en zonas rurales. “Esta situación nos deja la inmigración como única alternativa realista para recuperar los territorios despoblados”, señala el autor del estudio, el investigador y profesor de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joaquín Recaño.

El estudio analiza las 264 zonas de España (un 73,3 %) que tuvieron pérdidas netas de población entre 1960 y 1981. El principal mecanismo de declive demográfico fue el éxodo migratorio, aunque en la actualidad, éste ha sido sustituido por el decrecimiento natural asociado al envejecimiento demográfico. “Si la emigración puede ser mitigada con innovadoras y costosas medidas económicas, la recuperación de la natalidad no está ni se le espera; además el progresivo envejecimiento de la población en las áreas rurales augura un inevitable peso creciente de la mortalidad y un progresivo aumento de la dependencia en edades avanzadas”, destaca el autor del estudio.

La investigación señala la inmigración como única alternativa realista para recuperar los territorios despoblados. Y añade que las políticas de lucha contra la despoblación no pueden ser idénticas, deben responder a las peculiaridades de cada territorio rural.

Factores para la despoblación que han decaído

Los mecanismos que favorecieron la despoblación han decaído en la actualidad: la pobreza ha disminuido sustancialmente y se ha enquistado en el sur de la Península, donde la mayor dimensión demográfica de los pueblos actuó históricamente como factor protector respecto a la despoblación.

El mayor capital humano en los ámbitos rurales de ciertas áreas ya era un mecanismo de promoción social en los años sesenta. Si en los años sesenta, la disposición de una titulación de bachiller era garantía de empleo en las zonas urbanas, en la actualidad, los estudios superiores constituyen el nuevo mecanismo de promoción de los jóvenes rurales cuyo destino final es la gran ciudad.

Hace décadas, señala el estudio, se atribuía a la falta de infraestructuras básicas un claro papel como factor de despoblación en las áreas de montaña; en la actualidad, las infraestructuras de estas zonas han mejorado significativamente.

Sin embargo, “algo ha cambiado sustancialmente: si el aislamiento geográfico de la primera despoblación se produjo en un mundo pleno, ahora lo hace en un mundo rural vacío con escasas expectativas de regeneración demográfica”, señala el profesor Joaquín Recaño.

La línea de defensa contra la despoblación ya no se halla en los pueblos pequeños, sino que se ha trasladado a las ciudades intermedias y cabeceras de comarca de muchas provincias del interior peninsular”. Este es un factor para destacar para que las políticas sobre la despoblación sean eficientes, destacan las conclusiones del estudio.

El mundo rural de los años sesenta era muy diverso como respuesta a la desigual distribución en el territorio de diferentes características socioeconómicas y demográficas que permitían identificar en el territorio cinco clústeres espaciales muy cohesionados geográficamente: el modelo rural Sur (Andalucía, Castilla-la Mancha y Extremadura); el modelo rural Cataluña-Pirineos o Mundo Rural Rico; el modelo rural de la Meseta Norte; el modelo de la Montaña Rural Pobre del Norte Peninsular, y el modelo rural de Galicia y Asturias.  El impacto del declive demográfico fue muy desigual en estas zonas. Los municipios pobres de la montaña norte de la Península experimentaron la mayor pérdida de población. En el otro extremo, con las pérdidas menos relevantes se encontraba la región de Galicia y Asturias

La pobreza, el capital humano y la dependencia del sector primario propiciaron la despoblación. Por el contrario, el tamaño demográfico, la diversidad económica, el poblamiento diseminado denso y la disposición de infraestructuras favorecieron la retención de población en las zonas rurales.

ARTÍCULO DE REFERENCIA:

Revista Perspectivas Demográficas- Despoblación 1.0: la geografía y los factores del declive demográfico rural en la España del Desarrollismo”- Centro de Estudios Demográficos. UAB. Joaquín Recaño.

 

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