El profesor Joaquín Rodríguez habla sobre tecnología y dinámicas de opresión

Entrevista a Joaquín Rodríguez, professor de l'EPSI
El docente fue ayer una de las personas entrevistadas en las #Conversaciones EnCuarentena organizadas por la disc-jockey Marikarmen Free, en la cual se puso énfasis en la tarea de la campaña Stop Killer Robots.

16/03/2020

Con motivo del confinamiento por el COVID-19, la disc-jokey Marikarmen Free ha empezado una iniciativa llamada #ConversacionesEnCuarentena a través de Instagram en la que, cada día a las 19 horas, se entrevista a una personalidad para abordar diferentes temáticas. 

El invitado de ayer, domingo 15 de marzo, fue el profesor Joaquín Rodríguez, uno de los promotores en el estado español de la campaña Stop Killer Robots, que pretende prevenir la proliferación de sistemas de armamento autónomos letales

Durante la videoconferencia, titulada “Tecnología y dinámicas de opresión, hacia la tercera revolución de la guerra”, Rodríguez expuso los peligros de los ‘robots asesinos’, que son un tipo de armas, desarrolladas a partir de los últimos avances en Inteligencia Artificial, que pueden eliminar objetivos sin control humano significativo y que “dan carta blanca a los Estados para cometer ejecuciones extrajudiciales”.  

Según el docente, la utilización de este tipo de sistemas de armamentos autónomos letales -en inglés, LAWS (Lethal Autonomous Weapons Systems)- en contextos de ofensiva suponen la “tercera revolución en el arte de la guerra”, propiciando un nuevo escenario en el que los conflictos podrían llegar a ser “de gran escalabilidad”.

El docente, que forma parte del colectivo de expertos International Commitee for Robot Arms Control -junto con la profesora Roser Martínez-, puso algunos ejemplos de sistemas autónomos que ya se están utilizando pero que son concebidos para la defensa, como la Cúpula de Hierro o Iron Dome israelita, los aviones de combate Eurofighter Typhoon, o los aviones supersónicos Taranis de Gran Bretaña, considerados “una de las tecnologías más avanzadas” en la actualidad.

Uno de los principales objetivos de la campaña preventiva Stop Killer Robots es conseguir un tratado internacional que prohíba a los Estados la utilización de este tipo de armas, ya que acabar con la vida de una persona sin la falta de noción decisiva supondría un reto para el derecho internacional. 

Concienciar a la opinión pública  

Uno de los objetivos de la campaña preventiva Stop Killer Robots es hacer partícipe a la sociedad civil como agente de cambio, informando sobre las consecuencias que pueden implicar el desarrollo de los sistemas de armamento autónomos letales y pidiendo su colaboración para que exija a sus gobiernos el cese de estas armas.

El profesor también explicó que una de las últimas acciones que se han hecho es contactar con organizaciones y centros de investigación universitaria con el objetivo de instar a la comunidad académica e investigadora a comprometerse y a evitar que se lleven a cabo proyectos de investigación sobre Inteligencia Artificial con finalidades militares. 

Si bien la Inteligencia Artificial puede aportar herramientas y soluciones positivas para la sociedad, el profesor quiso dejar constancia de que aún hay mucho trabajo por hacer. Rodríguez puso ejemplos como el iBorderCntrl, un sistema piloto que controla el acceso en las fronteras de Hungría y Grecia, y que ha sido criticado por su carácter discriminatorio.  

“El sistema determina si una persona tiene derecho o no a un visado o a recibir asilo”, continuaba Joaquín Rodríguez, “pero es capaz de discriminar igual que la voluntad humana”, también según el color de piel. “La tecnología no es neutra”, ya que la mayoría de los programadores aún son hombres blancos. “Todo esto acabará erosionando los derechos humanos fundamentales”, denunciaba. 

Según el profesor, es importante que la sociedad civil sea consciente de las principales motivaciones que hay detrás de una guerra, en la que el interés económico tiene un gran peso. “El espiral de la industria armamendística es producir y vender stock de armas”.   

Ante la pregunta de cómo contrarrestar estas dinámicas, Rodríguez apuntó que “se lucha a través de un mayor control sobre nuestros gobernantes y exigiendo más transparencia”.  

“Se nos presenta un futuro cada vez más distópico”, justificaba Joaquín Rodríguez. Según el experto en filosofía de la ciencia, el uso de la tecnología algorítmica hará que las respuestas de los gobiernos a crisis y conflictos sean cada vez más autoritarias. De hecho, según el docente, la respuesta de las autoridades ante la gestión del coronavirus “nos tendría que hacer reflexionar”.