Las desiguladades sociales han condicionado la capacidad de reducir la movilidad durante la pandemia

Transport públic
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Un trabajo realizado por el Grupo de Estudios sobre Energía, Territorio y Sociedad (GURB) de la UAB por encargo de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) de Barcelona muestra que las condiciones de vida y de renta son factores determinantes a la hora adaptar los desplazamientos durante la pandemia. En un contexto donde reducir la movilidad pasa a ser un recurso preciado para proteger la salud y el bienestar, la incapacidad para ello se convierte en causa y expresión de la exclusión social.

01/02/2022

La Autoritat del Transport Metropolità (ATM) de Barcelona ha encargado al Grupo de Estudios sobre Energía, Territorio y Sociedad (GURB) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) un estudio en el que se ha analizado la relación entre la movilidad de las personas y la vulnerabilidad social en el contexto de la pandemia COVID-19. El objetivo principal del estudio, presentado hoy, ha sido valorar si las condiciones de vida y renta son factores determinantes a la hora de cuantificar el número y el origen de los desplazamientos en día laborable.
La investigación ha analizado los patrones en la reducción de la movilidad en día laborable en el área metropolitana de Barcelona así como en las ciudades de Terrassa y Sabadell durante el período de emergencia sanitaria, comparándola con la media de la movilidad previa a la situación de pandemia. De esta forma, la hipótesis general de partida que se ha debatido es que en el contexto de la pandemia COVID-19 los grupos sociales más desfavorecidos se han visto obligados a mantener unos patrones de movilidad obligada en transporte público más elevados. Asimismo, los grupos más acomodados han tenido mayor capacidad de reducir la propia movilidad y de utilizar medios de transporte alternativos. De este modo, la capacidad de cada persona de gestionar su movilidad en la ciudad se relacionaría directamente con los recursos económicos y el capital social de que dispone, es decir, de su mayor o menor vulnerabilidad.
Para comprobar la hipótesis, se ha utilizado una metodología innovadora. Por un lado, se ha analizado la evolución de las validaciones de acceso al sistema ferroviario, y por otro, datos de movilidad provenientes de telefonía móvil, facilitados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA). En ambos casos, se ha analizado el comportamiento diferencial de la movilidad en función de la renta media de la población según el territorio de origen de los desplazamientos.
La evidencia aportada permite confirmar la hipótesis. Las personas residentes en entornos más vulnerables han podido reducir menos y más lentamente su movilidad que el resto de la población. Se muestra así como, en un contexto en el que baja movilidad pasa a ser un recurso preciado a la hora de proteger la propia salud y el bienestar, la incapacidad de reducir los desplazamientos se convierte en causa y expresión de la exclusión social.
El estudio de la movilidad resulta de notable importancia a la hora de estimar el impacto diferenciado de la pandemia en los distintos grupos sociales. Entre otros factores, la menor capacidad de las personas pertenecientes a los grupos sociales más vulnerables a reducir su movilidad es una razón clave que ayuda a explicar la expansión de la pandemia. Esta menor capacidad de los grupos sociales vulnerables de reducir su movilidad puede deberse a que los sectores acomodados tienen mayor flexibilidad y más recursos ante las dificultades laborales y a menudo trabajan en sectores donde más fácilmente se pueden adaptar al teletrabajo. En cambio, los grupos más desfavorecidos, ocupados mayoritariamente en los servicios básicos y trabajos poco cualificados, en situaciones laborales más precarias, con menos ahorros disponibles y menor acceso al vehículo privado, deben seguir desplazándose en transporte público con mayor intensidad.
En el conjunto del ámbito de estudio, las validaciones de transporte medias en las secciones censales acomodadas no sólo se han reducido de forma más radical sino también más rápida que en el resto, especialmente durante el primer confinamiento iniciado el 15 de marzo de 2020. Las secciones acomodadas del AMB ya habían reducido la movilidad en un 90,9% durante la primera semana de confinamiento (del 15 al 19 de marzo de 2020). En cambio, la movilidad en las secciones censales vulnerables se había reducido sólo un 76,9%, catorce puntos porcentuales de diferencia. La relación inversa entre movilidad y renta en el período de la pandemia también se confirma con el análisis de la movilidad absoluta realizada con los datos de desplazamientos a partir de la telefonía móvil. Los comportamientos analizados en los diferentes momentos entre ambos tipos de informaciones siguen un patrón muy similar en cuanto a la tendencia a incrementarse o reducirse en función de la renta, con lo que se ha podido detectar como una vez iniciado el período de confinamiento (01 de abril de 2020), el número de viajes diarios realizados a la ciudad de Barcelona pasó de algo más de 5,5 millones a algo menos de 2 millones durante el período de confinamiento, con una disminución del 65%, algo que se corresponde con una reducción del 92% respecto a las validaciones.

Más información:
Acceso a los informes íntegros
https://observatorimobilitat.atm.cat/ca/estudis.php
Grupo de Investigación GURB de la UAB
https://gurbuab.com/

 

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  • Salud y bienestar
  • Reducción de las desigualdades
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