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Des de finales de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1980, las áreas rurales de los países industrializados evolucionaron a remolque del ideario modernizador, que a partir de unas políticas sectoriales y centralistas, propiciaron la consolidación de una agricultura productivista. Como consecuencia de los impactos sociales, ambientales y culturales que generó este modelo agrario, durante los años setenta y ochenta se fue gestando un nuevo enfoque para el desarrollo de las áreas rurales, caracterizado por un mayor énfasis en los recursos locales y el protagonismo de la sociedad civil. Durante las últimas décadas, la adopción de este planteamiento desde la esfera institucional, así como la proliferación de iniciativas surgidas desde el ámbito local, han comportado la consolidación de este enfoque como nuevo paradigma de desarrollo rural.

A partir de una revisión y un análisis crítico de la bibliografía académica más relevante, en esta tesis muestro cuál es el estado de la cuestión sobre este nuevo paradigma, a la vez que identifico las principales carencias teóricas que explican que el desarrollo rural siga siendo, todavía hoy, un objeto de estudio relativamente ambiguo y complejo. A continuación, analizo tres procesos de desarrollo rural que se han desplegado recientemente en Cataluña y que han presentado grados de éxito diferentes: el caso del Priorat, el caso del Lluçanès y el caso de la Conca de Tremp. Los tres procesos son analizados a partir de cuestionarios y grupos focales con agentes del territorio, y utilizando el modelo de la rural web (van der Ploeg y Marsden 2008) como marco de referencia. El análisis comparativo entre los tres casos de estudio me permite identificar cuáles son los factores relevantes para el éxito de un proceso de desarrollo rural, a la vez que me permite contrastar la validez del modelo de la rural web y elaborar una propuesta de reformulación del mismo.

Así pues, la presente tesis supone una doble contribución: por un lado, avanza en la conceptualización del desarrollo rural, y por el otro, aporta nuevos criterios para poder planificar e implementar iniciativas de desarrollo rural con mayores garantías de éxito.