Accede al contenido principal
Universitat Autònoma de Barcelona

Un estudio revela que la sífilis se hallaba en América al menos mil años antes de la llegada de Colón

25 ene 2024
Compartir por WhatsApp Compartir por e-mail

Uno de los mayores misterios de las epidemias históricas es si la sífilis fue introducida en Europa por el primer viaje de Colón a América. Un nuevo estudio internacional en el que participa el ICTA-UAB, ha descubierto el material genético del patógeno Treponema pallidum en los huesos de personas que murieron en Brasil hace 2.000 años.

la sífilis era a Amèrica almenys mil anys abans de l'arribada de Colom
Huesos con 2.000 años de antigüedad del yacimiento Sambaqui. (Imagen: Dr Jose Filippini)

Se trata del descubrimiento verificado más antiguo de este patógeno hasta la fecha, y prueba que los humanos padecían enfermedades afines a la sífilis -conocidas como treponematosis- mucho antes del descubrimiento de América por Colón. Los nuevos hallazgos, publicados en la revista científica Nature, ponen en entredicho las teorías anteriores sobre la propagación de la sífilis por los conquistadores españoles. 

Las treponematosis son un grupo de enfermedades infecciosas que incluye la enfermedad de transmisión sexual sífilis. Mientras que la sífilis como enfermedad venérea presenta un riesgo sanitario mundial, el bejel, que se contagia por contacto cutáneo, sólo se da hoy en regiones muy áridas de África y Asia. 

El nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores de Suiza (Universidad de Basilea, Universidad de Zúrich, ETH Zúrich), España (ICTA-UAB y Universidad de Valencia) Austria (NHM de Viena, Universidad de Viena), y Brasil (Universidad de Sao Paulo), es el primero que reconstruye y analiza genomas de bacterias T. pallidum procedentes de un antiguo contexto americano. Los cuatro genomas bacterianos analizados se recuperaron de restos humanos de casi 2000 años de antigüedad enterrados en un montículo de conchas en la región costera de Santa Caterina, en Brasil. Los cuatro genomas pertenecen a la cepa causante del bejel, T. pallidum endemicum, y muestran tal similitud con las cepas modernas, que esta subespecie parece haber sobrevivido al tiempo casi inalterada. En la actualidad, el bejel es más común en las regiones cálidas y áridas del mundo, mientras que Jabuticabeira II, el antiguo enterramiento donde se excavaron las muestras de este estudio, está situado en una zona costera húmeda.  

La existencia de una enfermedad treponémica en la Sudamérica prehistórica sugiere que la familia bacteriana ya se había extendido globalmente en épocas anteriores al contacto, o había surgido en el continente americano. "Sin embargo, el hecho de que los hallazgos representen un tipo endémico de treponema deja aún sin resolver el origen de la sífilis de transmisión sexual", recuerda Verena Schuenemann, coautora de la Universidad de Basilea. 

Perspectivas de los yacimientos arqueológicos del litoral brasileño  

Los huesos recuperados fueron analizados por primera vez en estudios sistemáticos por el Dr. José Filippini, de la Universidad de Sao Paolo, quien afirma que "hay pruebas morfológicas de treponematosis en muchos de los 45 yacimientos que analicé". Estas primeras poblaciones costeras de Brasil construyeron montículos de conchas en forma de montaña, o Sambaquis.  

El Dr. Luis Pezo-Lanfranco, investigador del ICTA-UAB quien también estudia la dieta y la salud bucodental de estas poblaciones sambaqui, nos recuerda que "los sambaquis están hechos de conchas, arena y tierra negra, en los que estos pescadores-cazadores-recolectores sedentarios también enterraban a sus muertos con complejos rituales". Como ofrendas funerarias se les entregaban morteros de piedra, collares de dientes de mono, peces enteros, pozos de fuego y, a veces, estatuas de piedra de animales. La cultura sambaqui sobrevivió entre 8.000 y 1.000 años, lo que la convierte en una de las más longevas de la historia. "El necesario contacto entre personas para mantener la cultura Sambaqui a través de miles de kilómetros a lo largo de la costa y miles de años podría ser una de las explicaciones de la propagación de enfermedades infecciosas contagiosas, como la treponematosis cutánea bejel", argumenta la profesora Sabine Eggers, del Museo de Historia Natural de Viena. 

¿La recombinación es la clave de la evolución treponémica? 

Muchas especies bacterianas adquieren nuevos rasgos útiles mediante la transferencia horizontal de genes o la recombinación. En los treponemas, se detectaron varios eventos de recombinación en los que participaron genomas tanto modernos como antiguos que requerían subespecies ya distintas que coinfectaron al mismo huésped en algún momento del pasado. "Aunque no podemos precisar el momento exacto de estos acontecimientos, nuestros análisis muestran que los genes recombinantes afectan a la estructura del árbol filogenético de los treponemas, y sugieren que la recombinación podría ser uno de los mecanismos impulsores de la divergencia entre las subespecies que causan distintas infecciones treponémicas", afirma la Dra. Marta Pla-Díaz, investigadora de la Universidad de Basilea. Durante su tesis doctoral en la Universidad de Valencia desarrolló métodos para analizar procesos evolutivos como la selección y el flujo horizontal de genes en genomas bacterianos antiguos y modernos, que se incluyeron en este estudio. 

El Prof. González-Candelas, coautor de este estudio, dijo que, incluir genomas antiguos es esencial para entender “qué procesos y factores evolutivos actuaron en el pasado y, en el caso de Treponema pallidum, cómo, cuándo y, con suerte, dónde, llevaron a un nuevo patógeno a causar una pandemia tan grave como la que provocó la sífilis en los últimos cinco siglos". 

Contribuciones arqueogenéticas a viejos enigmas  

La distinción de las especies bacterianas causantes de epidemias históricas se ha basado hasta ahora principalmente en pruebas osteológicas visibles en materiales esqueléticos. En la era moderna, los métodos arqueogenéticos pueden servir para resolver algunos enigmas persistentes en torno a estas enfermedades. "En este estudio, sorprendentemente encontramos ADN treponémico tanto en especímenes claramente infectados como en muestras óseas de aspecto exteriormente limpio, lo que demuestra la importancia de las pruebas genéticas para confirmar los diagnósticos paleopatológicos", afirma el Dr. Kerttu Majander, investigador de la Universidad de Basilea, coautor del estudio. Con los recientes avances en la metodología del ADN antiguo, no sólo se ha demostrado que es posible reconstruir genomas treponémicos antiguos a partir de restos arqueológicos, sino también determinar con precisión el agente en casos individuales de la enfermedad hasta el nivel de subespecie. Hallazgos inesperados, como la recuperación de un agente prehistórico del bejel en un contexto costero del continente americano, ponen de manifiesto el potencial del ADN antiguo más allá de las inferencias extraídas de los genomas de patógenos modernos o de las meras interpretaciones arqueológicas.   

Con la ayuda de la datación del reloj molecular, la evolución de una especie puede esclarecerse incluso por un solo genoma de alta calidad: el espécimen con mejores resultados en este estudio hizo retroceder en el tiempo la divergencia de toda la familia de T. pallidum hasta aproximadamente 12.000-550 a.C., y en el futuro aún podrían aparecer genomas más antiguos con un efecto similar. Con cada estimación mejorada estamos un paso más cerca del objetivo de descubrir los orígenes de este enemigo milenario. "La aparición de la sífilis aún podría dejar espacio a la imaginación, pero al menos ahora sabemos sin lugar a dudas que las infecciones treponémicas no eran extrañas para los habitantes americanos que vivieron y murieron siglos antes de que el continente fuera explorado por los europeos", concluye la profesora Verena Schuenemann.    

Para comprender la historia de los diferentes miembros de la familia T. pallidum y su potencial para interactuar entre sí a través de la recombinación, serán necesarios nuevos análisis de los genomas treponémicos antiguos y modernos de todo el mundo. Los investigadores se concentrarán, en particular, en los genomas de lugares donde tanto el bejel como la sífilis están presentes para estudiar con mayor profundidad la dinámica de la recombinación. 

Dentro de