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El debate sobre los efectos de la Revolución Industrial Inglesa (y, en general, del proceso de industrialización) sobre los niveles de vida de la clase obrera durante su primera parte, siglos XVIII y XIX en Inglaterra, es uno de los más prolongados, fértil y todavía actual de la Historiografía Económica. Un debate recientemente renovado desde la metodología de los presupuestos familiares. Desde esta perspectiva, la pregunta que inspira este artículo es precisamente conocer la evolución del nivel de vida de la clase obrera barcelonesa durante los primeros estadios de la industrialización catalana a partir de la capacidad de los salarios de los obreros varones adultos para sufragar el gasto familiar durante el período 1856-1917.

A partir de la Monografía estadística de la clase obrera Barcelonesa en 1856, de Ildefons Cerdà (1867), así como de los detallados presupuestos familiares (1860-1917-1919), y las series de salarios y precios al consumo de la Oficina Estadística Municipal, publicados en el Anuario Estadístico de la Ciudad de Barcelona (1902-1929), y de otras fuentes locales, este artículo ofrece nuevas evidencias que muestran cómo, a pesar de las mejoras en los ingresos, al final del período considerado la salarización de la fuerza de trabajo masculina era insuficiente para gran parte de la clase obrera barcelonesa para cubrir las necesidades familiares calculadas en base a los presupuestos prácticos y teóricos elaborados en la época.

Resultaban imprescindibles, por tanto, las aportaciones salariales de las mujeres y los hijos e hijas en edad de trabajar para completar los ingresos familiares y cubrir el presupuesto familiar.

Pero hemos ido un poco más lejos, y en base a los conocimientos actuales, particularmente en los campos de la salud y la nutrición, hemos construido dietas (la alimentación era en la época la partida más importante) y presupuestos óptimos al mínimo coste que todavía quedaban más lejos de los ingresos masculinos o incluso familiares de gran parte de la clase obrera, especialmente en el siglo XIX.

En conclusión, a pesar de los progresos observados y contrastados, especialmente en el caso del nivel de vida de la clase obrera barcelonesa, hasta bien entrado el siglo XX buena parte de esta parte tan importante de la población barcelonesa no podrá cubrir satisfactoriamente sus necesidades básicas con los ingresos del cabeza de familia y, con frecuencia, ni con los de toda la familia en edad y condiciones de trabajar.