Laia en el “top ten” de nuevas especies de 2016
La lista se publica desde el año 2008 y se da a conocer mundialmente el día 23 de mayo para conmemorar el aniversario del nacimiento de Carl Linnaeus, botánico sueco del siglo XIX y que es considerado el padre de la taxonomía moderna. Un comité de taxónomos es el responsable de elaborar la lista, escogiendo 10 especies de las más de 18.000 que se describieron en el año 2015. La relación incluye tanto especies actuales como extintas y el objetivo de este ranking es, por un lado, llamar la atención sobre las nuevas especies que se describen cada año pero también advertir sobre la elevada tasa de extinción y la pérdida de biodiversidad que se ha producido en el planeta en los últimos 50 años.
Los científicos que forman parte del jurado estiman que puede haber más de 10 millones de especies desconocidas, cinco veces más de las que se conocen actualmente. “La tasa de descripción de especies no ha cambiado de forma significativa desde la II Guerra Mundial y las especies desaparecen al mismo ritmo que describimos de nuevas”, explicó Quentin Wheeler, presidente del College of Environmental Science and Forestry. “Debemos aumentar el ritmo, el conocimiento que genera describir nuevas especies es esencial para su conservación a gran escala”, afirma Wheeler.
Aparte de “Laia”, la lista también incluye una nueva especie extinta de humano, Homo naledi, encontrado en Sudáfrica. El “top ten” lo completan especies actuales, entre las que encontramos un pequeño crustáceo del grupo de los isópodos que se encontró en una cueva de Brasil y que construye su refugio con barro o un pez abisal de aspecto temible encontrado en el Golfo de México y que emite luz gracias a bacterias simbióticas bioluminiscentes. La lista también incluye una especie de planta carnívora endémica de Brasil que constituye la primera nueva especie descrita gracias a unas fotografías colgadas en la red social Facebook y que vive en una única montaña, a 1.500 metros de altitud.
Figura 1: Algunas de las nuevas especies de la lista de la ESF 2016.
En otros casos, como el de una tortuga gigante de Galápagos, no se trata de nuevos descubrimientos sino que se constata que determinados individuos presentan diferencias suficientemente significativas respecto a otros para que sean considerados una nueva especie. En este caso, se trata de unos 250 individuos que habitan en la Isla de Santa Cruz y se ha considerado que no pertenecen a la especie mayoritaria (Chelonoidis porteri) sino que han sido incluidos dentro de la nueva C. donfaustoi.
Pliobates cataloniae, el nuevo hominoideo del Vallès-Penedès
En octubre de 2015, un equipo de investigadores del ICP encabezado por el paleontólogo David M. Alba describió la nueva especie de hominoideo Pliobates cataloniae a partir de un esqueleto procedente del vertedero de Can Mata (Hostalets de Pierola). Los restos correspondían a una hembra adulta que pesaba unos 4-5 kg, se alimentaba de frutos blandos y trepaba por las copas de los árboles colgándose eventualmente de las ramas hace unos 11,8 millones de años. La investigación fue publicada en la revista Science, una de las más prestigiosas revistas científicas internacionales, en una nueva muestra del excepcional registro fósil de primates del Mioceno que esconde la cuenca del Vallès-Penedès.
Figura 2: El cráneo de Pliobates ha reconstruido virtualmente a partir de escaneos de alta resolución. La imagen muestra una vista frontal (A), lateral (B) y basal (C). Fuente: ICP.
El hallazgo cambia radicalmente el modelo aceptado hasta ahora sobre el ancestro de los hilobátidos y los homínidos, además de proporcionar pistas muy sólidas sobre el origen de los gibones actuales. “El origen de los gibones es un misterio debido a la falta de registro fósil, pero hasta ahora la mayoría de científicos pensaba que su último antepasado común con los homínidos debía ser de gran tamaño, ya que todos los hominoideos fósiles indudables encontrados hasta ahora lo eran”, explica Alba. Hasta la descripción de Pliobates, todos los simios fósiles de tamaño pequeño (entre 5 y 15 kg) que se habían encontrado tenían una estructura corporal demasiado primitiva para tener una relación de parentesco estrecha con los hominoideos actuales. “Este hallazgo lo cambia todo”, afirma.
Aunque Pliobates retiene algunos caracteres primitivos, la anatomía del brazo y, en particular, la articulación entre el húmero y el radio y los huesos de la muñeca, ya presentan el diseño básico de los hominoideos actuales. Un análisis filogenético basado en más de 300 caracteres sitúa Pliobates, de manera muy consistente, como el hominoideo basal más cercano a la divergencia entre pequeños y grandes antropomorfos (hilobátidos y homínidos, respectivamente), y sugiere que el último ancestro común de los hominoideos actuales podría haber sido más similar a los gibones que a los grandes antropomorfos actuales.
Pere Figuerola
Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP)
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