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Los estudios sobre el reingreso o el retorno de estudiantes a los programas de Educación Superior una vez los han abandonado constituyen, junto con los estudios tradicionales de persistencia y abandono, un elemento clave para mejorar la calidad de las instituciones del sistema educativo universitario. Aun así, estos estudios, debido a la carencia de datos a nivel nacional que permitan monitorizar a los estudiantes más allá de una institución concreta, tienden a ser limitados puesto que acostumbran a centrarse en una única institución.
 
Utilizando una base de datos longitudinal proporcionada por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU Cataluña), que incluye información sobre una población de 21.473 estudiantes universitarios, el estudio publicado en la revista internacional Higher Education Research & Developmenttiene como objetivo desarrollar y probar un modelo exploratorio sobre el reingreso de los estudiantes al sistema universitario público catalán.
 
Los resultados de este estudio sugieren la existencia de un grupo de estudiantes, que podríamos denominar “experimentadores”, que deciden abandonar sus estudios después de un corto periodo de tiempo y de haber superado muy pocos créditos, que se vuelven a matricular (reingresan) inmediatamente el siguiente curso escolar y en una área de conocimiento diferente a la inicial. Este hecho constituye, por sí solo, una clara evidencia de la ineficiencia de nuestro sistema de orientación y acceso a la universidad. Así mismo, existe también un numeroso grupo de estudiantes que, después de dedicar varios años a su educación universitaria y casi haber acabado sus estudios, decide abandonar con una probabilidad muy baja de volver a matricularse. Los pocos estudiantes que acaban matriculándose, lo hacen después de un largo periodo tiempo y para iniciar unos estudios de un área de conocimiento diferente a la inicial. Finalmente, los datos analizados muestran una clara conexión entre la edad, la nacionalidad y la probabilidad de reingreso, lo que pone en cuestión las políticas de acogida y retención de estudiantes “no tradicionales”, especialmente, aquellas dirigidas a estudiantes internaciones y estudiantes mayores de 25 años.
 
En resumen, los resultados de este estudio sugieren, por un lado, la importancia de una detección precoz de estudiantes en riesgo de abandono prematuro (estudiantes experimentadores) y, por otro lado, la necesidad de desarrollar políticas que eviten el abandono y el cambio de estudios del alumnado sénior con una gran parte de los créditos superados en la titulación inicial. Así mismo, los resultados apuntan a la necesidad de establecer planes para la transición a la universidad, así como para la acogida y acompañamiento de los estudiantes universitarios. Estos planes tendrían que contar con los instrumentos y los apoyos necesarios para evitar, en primer lugar, el abandono de los estudiantes y, en segundo lugar, el cambio de estudios y/o universidad una vez los estudiantes han abandonado. Este tipo de intervenciones requieren una acción conjunta de todos los agentes y estructuras universitarias implicadas, asegurando la complementariedad de las acciones de tutoría y orientación llevadas a cabo en los diferentes niveles (sistema, universidad, facultades y titulaciones), así como la combinación de políticas de ámbito general con acciones focalizadas en grupos concretos que permitan mejorar tanto el rendimiento de los estudiantes como la calidad de nuestro sistema universitario.