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20/01/2020

El humanitarismo remoto: prácticas humanitarias desde la ‘pequeña Alepo’

humanitarisme remot, passaport
La gestión remota de la operación humana del norte de Siria desde Gaziantep (Turquía), situada en el otro lado de la frontera donde están las oficinas de las organizaciones y ONG, ha cambiado las relaciones y las dinámicas del trabajo solidario. La intervención se ha trasladado a lugares más seguros, pero ha puesto en riesgo a los trabajadores locales. Esta investigación analiza la gestión humanitaria efectuada entre 2015 y 2016 y aporta ideas sobre cómo pensamos y cómo podemos ayudar a personas afectadas en este contexto.

La distancia entre las organizaciones humanitarias y las poblaciones con necesidades urgentes no hace más que crecer. Hasta el año 2001, los trabajadores de ONGs y de Naciones Unidas eran respetados y los logos en sus camisetas eran un referente simbólico allí donde era necesaria la ayuda de emergencia. Sin embargo, la “guerra contra el terror” y un aumento de las medidas de seguridad (securitization) a todos los niveles, han producido una creciente sensación de inseguridad en las zonas de intervención alimentada por un repliegue de las organizaciones y sus trabajadores internacionales hacia lugares más seguros. Ya es común dirigir las operaciones humanitarias a distancia, confiando en las nuevas tecnologías para operar de forma remota, lo que conlleva una desigual división del trabajo pues se transfiriere el riesgo a las personas que trabajan a nivel local, quienes arriesgan sus vidas (y las pierden) para ayudar a sus compatriotas.

La investigación presente, después de dos años (2015-2016) de trabajo etnográfico en Gaziantep, analiza la gestión remota de la intervención humanitaria para el norte de Siria a través de la frontera con Turquía y muestra cómo el personal humanitario mantiene la ilusión de tener el control, mientras se opera a través de organizaciones y trabajadores que asumen todos los riesgos en este peligroso contexto. El “humanitarismo remoto” se define como un conjunto de prácticas insertas en un contexto de relaciones históricas, políticas y económicas transnacionales, donde los trabajadores no solo intentan superar los problemas del día a día, si no que constantemente producen relaciones a distancia a través de su praxis diaria. Esto nos ayuda a comprender cómo imaginamos social y culturalmente a las personas que sufren en lugares lejanos y a los que hay que ayudar siguiendo los principios humanitarios (neutralidad, humanidad e imparcialidad). En este caso de estudio, las oficinas de las organizaciones están en Gaziantep, una ciudad turca gemela de la siria Alepo, que se encuentra al otro lado de la cercana frontera.

A través de la frontera que separa los horrores de la guerra de la “calma” turca, los trabajadores y sus organizaciones trabajan, confiando en las nuevas tecnologías, pero reconociendo que es necesaria la intervención directa, para enviar todo tipo de ayuda a los millones de desplazados, heridos y sitiados que ha producido este largo conflicto desde 2011.

La frustración por la magnitud de las necesidades, la dificultad de operar de forma remota y la incertidumbre por no saber si la ayuda humanitaria llega a los que más lo necesitan, no impide que el humanitarismo remoto y sus prácticas sean reconocidas como legítimas para esta y otras intervenciones.

Ignacio Fradejas-García
GRAFO, Departamento de Antropología Social i Cultural

Referencias

Fradejas-García, I. (2019). Humanitarian remoteness: aid work practices from ‘little Aleppo’. Social Anthropology, 27(2), 286–303. https://doi.org/10.1111/1469-8676.12651

 
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