El humanitarismo remoto: prácticas humanitarias desde la ‘pequeña Alepo’
La distancia entre las organizaciones humanitarias y las poblaciones con necesidades urgentes no hace más que crecer. Hasta el año 2001, los trabajadores de ONGs y de Naciones Unidas eran respetados y los logos en sus camisetas eran un referente simbólico allí donde era necesaria la ayuda de emergencia. Sin embargo, la “guerra contra el terror” y un aumento de las medidas de seguridad (securitization) a todos los niveles, han producido una creciente sensación de inseguridad en las zonas de intervención alimentada por un repliegue de las organizaciones y sus trabajadores internacionales hacia lugares más seguros. Ya es común dirigir las operaciones humanitarias a distancia, confiando en las nuevas tecnologías para operar de forma remota, lo que conlleva una desigual división del trabajo pues se transfiriere el riesgo a las personas que trabajan a nivel local, quienes arriesgan sus vidas (y las pierden) para ayudar a sus compatriotas.
La investigación presente, después de dos años (2015-2016) de trabajo etnográfico en Gaziantep, analiza la gestión remota de la intervención humanitaria para el norte de Siria a través de la frontera con Turquía y muestra cómo el personal humanitario mantiene la ilusión de tener el control, mientras se opera a través de organizaciones y trabajadores que asumen todos los riesgos en este peligroso contexto. El “humanitarismo remoto” se define como un conjunto de prácticas insertas en un contexto de relaciones históricas, políticas y económicas transnacionales, donde los trabajadores no solo intentan superar los problemas del día a día, si no que constantemente producen relaciones a distancia a través de su praxis diaria. Esto nos ayuda a comprender cómo imaginamos social y culturalmente a las personas que sufren en lugares lejanos y a los que hay que ayudar siguiendo los principios humanitarios (neutralidad, humanidad e imparcialidad). En este caso de estudio, las oficinas de las organizaciones están en Gaziantep, una ciudad turca gemela de la siria Alepo, que se encuentra al otro lado de la cercana frontera.
A través de la frontera que separa los horrores de la guerra de la “calma” turca, los trabajadores y sus organizaciones trabajan, confiando en las nuevas tecnologías, pero reconociendo que es necesaria la intervención directa, para enviar todo tipo de ayuda a los millones de desplazados, heridos y sitiados que ha producido este largo conflicto desde 2011.
La frustración por la magnitud de las necesidades, la dificultad de operar de forma remota y la incertidumbre por no saber si la ayuda humanitaria llega a los que más lo necesitan, no impide que el humanitarismo remoto y sus prácticas sean reconocidas como legítimas para esta y otras intervenciones.
Referencias
Fradejas-García, I. (2019). Humanitarian remoteness: aid work practices from ‘little Aleppo’. Social Anthropology, 27(2), 286–303. https://doi.org/10.1111/1469-8676.12651