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La calidad y eficacia de la educación y los centros educativos es una de las grandes preocupaciones para políticos, académicos y profesionales de la educación. En este sentido, numerosos estudios señalan que los directores, como agentes clave para el funcionamiento adecuado de los centros educativos, son un factor clave para garantizar la calidad de nuestros sistemas educativos.

Las múltiples y cambiantes responsabilidades y funciones que los directores deben asumir, así como el incremento de su autonomía en la gestión escolar y, en consecuencia, una mayor responsabilidad, implican su necesaria participación en procesos de aprendizaje continuo. No en vano, la participación de docentes y directivos escolares en actividades de desarrollo profesional constituye uno de los elementos más destacados para predecir la calidad de su actividad profesional.

Como suele ocurrir en otros contextos, es común que la capacitación de directivos escolares continúe asociada a propuestas de capacitación formal, antes y durante el ejercicio de su función directiva. En los últimos años, la utilidad de este tipo de propuestas formativas tradicionales ha sido cuestionada debido a su elevado coste, a la falta de tiempo por parte de los directivos, porque no satisface las necesidades reales de aprendizaje ni los intereses profesionales, porque ofrece un aprendizaje disperso y descontextualizado y, sobre todo, por la escasa transferencia de los aprendizajes a la actividad laboral diaria.

Ante esta situación, el aprendizaje en el lugar de trabajo y, específicamente, las oportunidades de aprendizaje informal están aumentando en importancia debido a su mayor impacto en las personas y la baja distorsión o interferencia en el trabajo diario. Sin embargo, en el contexto educativo, existen pocos estudios que focalicen en este tipo de estrategias de aprendizaje informal y que proporcionen evidencias para desarrollarlas de manera efectiva.

El propósito de este estudio, publicado en la revista Studies in Continuing Education (Rodríguez Gómez, Ion, Mercader, López-Crespo, 2019), y desarrollado como parte del proyecto “ICEDU- Análisis de los procesos de aprendizaje organizativo e informal en los centros educativos. Validación de propuestas tecnológicas para el desarrollo institucional y profesional docente (EDU2014-56070-P)”, coordinado por Joaquín Gairín y David Rodríguez-Gómez, es identificar los factores que promueven las estrategias de aprendizaje informal, en línea y presencialmente, utilizadas por directivos escolares como parte de su desarrollo profesional.

El trabajo de campo se realizó entre noviembre de 2015 y mayo de 2016 y consistió en la aplicación de un cuestionario autoadministrado en línea a una muestra de 715 directivos escolares (409 de escuelas de educación primaria, 181 de escuelas de educación secundaria y 125 de escuelas con ambas etapas).

Los resultados muestran que el desarrollo de actividades de aprendizaje, tanto formal como, especialmente, informal entre los directores, claramente requiere de una cultura organizacional 'amigable con el aprendizaje', una motivación clara hacia la profesión, una fuerte determinación profesional y una percepción positiva de las competencias profesionales como directivos. Los centros educativos deben iniciar una transición que los lleve desde los actuales sistemas y estructuras de personal basadas en el empleo a las basadas en competencias, donde las estrategias de aprendizaje informal constituyen un pilar básico para promover la innovación y la mejora de nuestras escuelas.