Amor mortal en la Macedonia clásica
Los magnicidios resultan a menudo un tipo de evento histórico en el que se aglutinan varios factores de la mentalidad y la política de una época. Ejemplos varios en la historia reciente, desde la archiduque Francisco Fernando hasta Kennedy, resultan bastante ilustrativos. Si nos remontamos mucho más, al tiempo del mundo antiguo, podríamos encontrar efectivamente otros casos similares. El asesinato de Filipo II de Macedonia es, igualmente, un episodio de gran interés que ha traído de cabeza a los investigadores desde hace centurias.
Resulta curioso el trato que tanto la historia académica como la memoria popular, ya desde la Antigüedad, han reservado para la figura de Filipo II, recordado sobre todo por ser el padre de Alejandro Magno. Pero, sin Filipo, probablemente la grandeza de Alejandro no sería tal. Militar genial, político singular y astuto diplomático, supo convertir un territorio marginal en la época clásica de la Grecia antigua en el centro de poder emergente más destacado del primer milenio en el Mediterráneo hasta la subida de Roma. Pero Macedonia no fue nunca un país en el que los reyes llegaran a viejos con facilidad: cuando bordeaba la cincuentena, murió asesinado.
El crimen, que ha sido motivo de rumores desde que la sangre del propio Filip abandonaba su cadáver, fue perpetrado por un guardaespaldas suyo, de plena confianza, llamado Pausanias, durante la celebración de la boda de la hija de Filipo, Cleopatra, hermana de Alejandro. Muchos quisieron ver, como queda patente en las fuentes antiguas, la mano de las conspiraciones, implicando en el asesinato a su viuda, la reina Olimpia, e incluso el propio Alejandro, atendidos en la mala relación que parece tuvieron en los últimos meses anteriores a la tragedia. Mucho se ha escrito, pues, en los más de dos mil trescientos años que nos separan de aquel día fatídico. Pero, quizás hay que ver las cosas dentro de su contexto para tratar de entender con claridad la dimensión de los hechos.
A veces, pues, la mejor explicación no es la más compleja. Con el fin de revisar los datos, nos hemos aproximado a la cuestión desde un punto bastante diferente, como es la sexualidad de los personajes. Sabemos que Filipo y Pausanias tuvieron en algún momento un cierto affaire amoroso. Nada extraño, de hecho, en el marco cultural de las relaciones entre hombres en la antigua Grecia. Sabemos también que, una vez Pausanias perdió el lugar central del corazón de Filipo, un aristócrata cercano al poder llamado Átalo invitó Pausanias a un banquete, y una vez allí, le emborrachó y luego dio su cuerpo ebrio a sus sirvientes por que abusaran de él. Con esta grave agresión, Pausanias acudió a Filipo para buscar la venganza personal y la justicia del rey. Pero, Filipo no le pudo hacer justicia. Hacía tiempo que buscaba obtener el apoyo de Átalo, y sobre todo, de la aristocracia territorial tradicional que Átalo lideraba, para poder iniciar su campaña militar contra Persia.
Por esta falta de reacción de Filipo, Pausanias decidió obtener su venganza por sí mismo, y aprovechando la celebración, mató Filip ante toda la corte macedonia. Hasta aquí, la reconstrucción cumple perfectamente con cuanto nos cuentan nuestras fuentes de información. Pero esta explicación genera, a su vez, dos nuevas cuestiones: en primer lugar, ¿por qué Átalo decidió agredir sexualmente a Pausanias? Y en segundo término, ¿por qué Pausanias buscó su venganza en Filipo cuando el agresor había sido Àtal ?
La primera cuestión ha de valorarse en relación con la situación política de la Macedonia del momento. Filipo necesita el apoyo aristocrático. Átalo fue claramente un líder para esta aristocracia, como demuestra la boda de Filipo con la sobrina de Átalo, Cleopatra, un enlace matrimonial que a la vez podía llegar a poner en peligro la supremacía de Alejandro como heredero al trono. De esta forma, el visto bueno de Átalo aparece como imprescindible en los planes políticos de Filipo. Pero esta posición de poder de Átalo sobre el rey queda patente en varios desafíos, entre ellos la violación de Pausanias.
Como guardaespaldas, y huésped de Filipo, cualquier injuria que recibiera Pausanias era de facto una agresión contra su tutor y señor, Filipo. Por ello, Átalo no pretende en ningún momento agredir a Pausanias, sino que su insulto dirigido contra Filipo, simplemente por que se encuentra en posición de poder hacerlo. Esto le permite demostrar el dominio que tiene sobre el rey.
De la misma manera, Pausanias no pide responsabilidades a su agresor, Átalo, sino a su tutor y señor, Filipo, al entender que el agredido real es el rey, y por tanto, que es a él, no como rey sino como responsable de su seguridad, a quien le corresponde reclamar al agresor su delito. Por esta razón, ya que Filipo, por sus intereses políticos, no puede molestar de ninguna manera a Átalo, la afronta queda sin justicia, y Pausanias decide atacar al responsable de su deshonor, que no era ya Átalo, sino Filipo al permitirle lo y no tomar ninguna represalia.
Al final, la muerte de Filipo II de Macedonia, de quien el historiador Teopompus escribió que nunca Europa había visto a un hombre como él, refleja no sólo unos acontecimientos, sino también toda una serie de consideraciones culturales derivadas de las relaciones sociales (y sexuales), el análisis de las que nos permite tomar un nuevo punto de visto sobre los hechos, y al mismo tiempo, profundizar en el conocimiento de la cultura y la historia griega clásica.
Referencias
Antela-Bernárdez, Ignacio Borja. "Philip and pausanias: A deadly love in macedonian politics" The Classical Quarterly 62 (02):859-861 (2012).