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En muchos países de Europa se ha observado un uso cada vez más extendido de la cocaína entre las mujeres jóvenes. Este hecho ha causado un consumo considerable de la droga durante el embarazo y consecuentemente una exposición del feto a la misma. De hecho, un estudii reciente basado en el análisis del meconio ha demostrado una exposición antenatal a cocaína en el 4,5 % dels neonatos en Barcelona. El efecto de la exposición prenatal a la cocaína sobre la susceptibilidad a las infecciones durante los primeros meses de vida apenas se ha estudiado.

En este trabajo, los niños expuestos y no expuestos prenatalmente a la cocaína fueron reclutados en el Hospital del Mar, en Barcelona. La población estudiada incluye parejas madre-hijo de una área urbana con un nivel socio-económico bajo y un porcentaje elevado (superior al 40 %) de inmigrantes.

Se ha estudiado la exposición crónica a cocaína durante el embarazo mediante el análisis de la presencia de la droga en el meconio (las heces del neonato) obtenido en las primeras horas después del nacimiento: se ha incluído 36 casos positivos para la droga y 72 controles negativos. Al nacer, se ha analizado la presencia en sangre del cordón umbilical de infecciones adquiridas en el embarazp, por ejemplo, virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C (VIH) y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Los niños han sido seguidos durante 18 meses con cuestionarios estructurados cada 3 meses sobre el número y el tipo de infecciones que presentan, incluyendo infecciones respiratorias y de otros lugares concretos, asistencia a la guardería y posible exposición a humo de tabaco ambiental, tóxicos, contaminantes, medicamentos y drogas. Además, se ha revisado la historia clínica de cada niño durante este periodo de 18 meses para confirmar las infecciones que han presentado.

Respecto a las infecciones posteriores al nacimiento, no existen diferencias significativas entre los niños expuestos y no expuestos a la cocaína. Después de ajustar los datos para evitar las variables de confusión, no se ha encontrado diferencias en cuanto a las infecciones respiratorias, digestivas, dermatológicas, conjuntivitis, varicela e impétigo. Al contrario, las infecciones adquiridas durante el embarazo se han encontrado sólo en los niños expuestos a la cocaína. Estos niños tienen además un peso al nacer más bajo, nacen con una edad gestacional más baja y muestran una mayor exposición prenatal al consumo de tabaco por parte de la madre. Las usuarias de cocaína pertenecen en mayor proporción a países europeos, pero no hay relación entre el consumo de la droga y el nivel socio-económico de los padres.

De acuerdo con estos resultados, se puede establecer la hipótesis de que las infecciones al nacer en los niños expuestos prenatalmente a la cocaína pueden estar relacionadas con el mal estado de salud de la madre dependiente de la cocaína durante el embarazo y en el parto, con la consecuente afectación del crecimiento fetal. Por este motivo, es necesario el seguimiento periódico de los niños expuestos a la cocaína durante la gestación en comparación con los no expuestos del mismo nivel socio-económico para investigar el impacto de la cocaína prenatal y los hábitos de vida de los niños sobre la posible morbilidad infecciosa a largo plazo.